Ayudar a un bebedor

Historia clínica referida al alcohol

Plantear el tema del consumo de alcohol y conseguir una historia clínica de calidad no es difícil si el tema se lleva con tacto y sensibilidad.

Confidencialidad
Durante la fase de presentación del programa de prevención y asistencia debe haber quedado claro para todos los trabajadores el hecho de que cualquier información clínica sobre consumo personal de alcohol será estrictamente confidencial y no implicará pérdidas de los derechos laborales generales.

Valoración del grado de riesgo
Es casi siempre un buen enfoque preguntar sobre el consumo de alcohol al mismo tiempo que se pregunta por hábitos alimentarios, ejercicio físico, consumo de tabaco, hábitos de descanso, etc.

Pero también se puede plantear el tema a raíz de algún comentario del paciente, o por la naturaleza de los problemas que describe. En ese caso es mejor no empezar a bocajarro con preguntas relacionadas con el alcohol, sino introducirlas en un contexto más amplio y en tono neutro y no de reproche. En este contexto, el uso de preguntas estandarizadas se ha demostrado útil para evaluar cuánto debe el paciente exactamente. Algunas preguntas concretas y no amenazantes ayudan al paciente a ser, en general, honesto en sus respuestas. A modo de ejemplo, algunas de estas preguntas pueden ser:

Si alguna de las respuestas es ambigua, hay que intentar clarificarla y cuantificarla: (¿Puede explicarme lo que entiende por.?)

Tipo de bebida

Unidades

Carajillos
Vasos pequeños de vino
Vasos grandes de vino
Cañas o botellines de cerveza
Litronas de cerveza
Copas de licor (anís, coñac, ginebra, whisky, ron,...)
Combinados (cubalibres, gin-tonics, etc.)
Copas de cava o champán

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Las respuestas a estas preguntas deben permitir calcular y anotar el consumo diario y semanal de alcohol en la Historia Clínica, y de acuerdo a la tabla de equivalencias en contenido alcohólico, se situará al paciente en distintos rangos de riesgo.

Además la valoración del grado de riesgo deberá tener en cuenta la forma en que el consumo se reparte a lo largo del tiempo (patrón de consumo). Medidas complementarias para verificar la información verbal del paciente pueden ser: citar a un familiar allegado, o realizar alguna prueba fisiológica, aunque en general éstas suelen ser caras y nunca clarifican cuanto bebe realmente la persona.

Tipos de bebedores y grados de riesgo

  • Bebedor de bajo riesgo
    Hombres (de 0 a 21 unidades de alcohol a la semana)
    Mujeres (de 0 a 14 unidades de alcohol a la semana)
  • Bebedor de riesgo Hombres (de 22 a 35 unidades de alcohol a la semana)
    Mujeres (de 15 a 21 unidades de alcohol a la semana)
  • Bebedor de alto riesgo
    Hombres (36 o más unidades de alcohol a la semana)
    Mujeres (22 o más unidades de alcohol a la semana)

Tabla de equivalencias en contenido alcohólico

Valoración de la dependencia alcohólica
Además de clasificar qué tipo de bebedor tiene ante Vd., si la persona pertenece a las dos últimas categorías de la Tabla 3, bebedor de riesgo o de alto riesgo, es importante determinar si dicha persona ha desarrollado una dependencia alcohólica o no.

En algunos casos es fácil que un paciente se halle en un estado de dependencia o enfermedad alcohólica, y estos casos Vd. puede ya tenerlos identificados desde hace tiempo. Sin embargo, para pacientes que se hallan en estados iniciales de dependencia, valorar en qué punto de riesgo se halla una persona, puede no ser fácil. Si Vd. tiene alguna duda, puede intentar clarificar la situación mediante los siguientes pasos:

Empiece planteando algo así:

"Algunas personas se sienten irritables o inquietas, en ciertos momentos del día si no beben. ¿Ha sentido esta sensación en algún momento durante los últimos tres meses?"

En caso de contestación afirmativa, pregunte:
1. "Esta inquietud: ¿Interfiere con las tareas que está haciendo?"
2. "¿Cree que quienes le rodean perciben su inquietud o irritabilidad?"
3. "¿Alguna vez no puede pensar en otra cosa que en la necesidad apremiante de beber?"

Si estas tres preguntas se contestan afirmativamente, es un primer signo de que existe dependencia alcohólica. El siguiente paso es comentar: "Con frecuencia algunas personas, después de haber bebido el día anterior, notan al despertar un leve temblor de manos. ¿Le ha sucedido a Vd. alguna vez, aunque sea de forma leve?"

Si contesta "sí", pregunte: "¿Cuántas veces le ha sucedido en los últimos tres meses?" Si contesta "diaria o casi diariamente me sucede", es un nuevo indicio de que la dependencia alcohólica se halla establecida.

"¿Ha sentido temblores en todo el cuerpo, alguna vez durante los últimos tres meses?" Si contesta "sí" es un dato más sobre la existencia de dependencia alcohólica.

"En los tres últimos meses ¿Ha bebido por la mañana (en las tres primeras horas después de levantarse?, para sentirse mejor, más en forma o más relajado?" Si contesta "sí", pregunte: "¿Cuán a menudo ha bebido por la mañana en los últimos tres meses?" Si la respuesta es "casi cada día" o "muy a menudo", es una característica más para confirmar la dependencia alcohólica.

La "Clasificación Internacional de Enfermedades" en su décima revisión (CIE-10) propone las siguientes pautas para el diagnóstico sobre dependencia y consumo peligroso.

Síndrome de dependencia de alcohol (pautas CIE-10)

El diagnóstico de dependencia sólo debe hacerse si durante algún momento en los doce meses previos o de un modo continuo han estado presentes tres o más de los rasgos siguientes:

  1. Deseo intenso o vivencia de una compulsión a consumir alcohol.
  2. Disminución de la capacidad para controlar el consumo de alcohol, unas veces para controlar el comienzo del consumo y otras para poder controlar la cantidad consumida.
  3. Síntomas somáticos de un síndrome de abstinencia cuando el consumo de alcohol se reduce o cesa, cuando se confirme por: la aparición del síndrome de abstinencia característico del alcohol; o el consumo de alcohol o de otra sustancia próxima con la intención de aliviar o evitar los síntomas de abstinencia.
  4. Tolerancia, de tal manera que se requiere un aumento progresivo de la dosis de alcohol para proseguir los mismos efectos que originalmente producían dosis más bajas.
  5. Abandono progresivo de otras fuentes de placer o diversiones a causa del consumo de alcohol, aumento del tiempo necesario para obtener o ingerir el alcohol o recuperarse de sus efectos.
  6. Persistencia en el consumo de alcohol pese a sus evidentes consecuencias perjudiciales. Debe investigarse a fondo si la persona es consciente, o puede llegar a serlo, de la naturaleza y gravedad de los perjuicios.


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